
pero con el calor de la sonrisa;
con las manos vacías
dispuestas a llenarse
con el único trueque de mi trabajo,
ahíto de ilusiones vendidas por televisión.
Imaginándome asentado,
arrastrando a manos llenas
gente a mi cercana, todavía por venir.
Mientras, el aire del alba
me despierta de una noche sin sueño,
hollando ya la arena codiciada,
a solas con la nada
y... sin saber a dónde ... ir.