82
CASTAÑOS
En Montesinho,
los castaños esperan el otoño
plantados en hileras.
De gala, uniformados,
condecorados con las medallas
de los erizos,
sombrean la tierra labrada,
seca, austera,
acostumbrada a sufrir.
Sus gentes,
los que sombrean bajo sus ramas
los recuerdos,
son escuetos y enjutos;
y, aunque el sufrir les borró
el recuerdo de la última sonrisa,
te reciben a dos manos;
manos de esfuerzo,
sucias de tierra, miel y castañas,
cabras y queso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario