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"Escritor es quien se gana la vida escribiendo". A mi... solo me gusta escribir, ... necesito escribir. ¿Si me leen? Alguno hay que se aventura. ¿Eres tú uno de ellos?

domingo, 27 de marzo de 2011

LOS SILENCIOS


¡Cómo pasa el tiempo! El mes que viene se cumplirá un año desde que mi nueva novela empezó a darse porrazos contra las puertas de las editoriales por las que ha ido pasando. Se dio de bruces con las “grandes”, esas que aseguran el tiro con nombres consagrados, premiados y adulados por la crítica servicial; se acostumbró a recibir un NO como respuesta, por más que ese “no” fuera acompañado de palabras mínimamente amables buscando cierta comprensión y complicidad; y se sorprendió de los silencios con los que algunas reciben obras ilusionadas para devolver únicamente indiferencia. ¡Sí, cómo pasa el tiempo!
En estos once meses de espera, sabiendo de antemano el comportamiento de la jungla editorial, no me he atrevido a dibujar ni una sola sonrisa de ilusión; de sobras sé que el mundo de la publicación es muy difícil. Pero, no os voy a engañar: escribir una novela es un trabajo arduo y duro y, ante el fracaso repetitivo, es normal que, inconscientemente, me niegue a dar rienda suelta a las ideas con las que se me ocurre como dibujar muchas más páginas de imaginación; es normal que cada vez me cueste más sentarme a teclear sin que pase por mi cabeza cuál será el verdadero destino de lo que tecleo: el cajón de las ilusiones perdidas.
Ayer un buen amigo (gracias Rafa) me preguntó que qué pasaba con mi nueva novela; lo reconozco, me sorprendió (agradablemente) su pregunta. Quizás, además de Rafa, haya más gente que leyó en mi blog el nacimiento de una nueva novela y está esperando noticias de ella. Está claro que os debo una explicación. La novela ha vuelto al horno.
Mandé la novela a 10 editoriales (ALFAGUARA, ANAYA, ANAGRAMA, SALAMANDRA, URANO, DESTINO, PLANETA, SEIX-BARRAL, RBA, y TUSQUETS). Después de un recorrido inútil por sus puertas ha vuelto al horno. Le ha llegado el turno al cambio de lengua. Estoy traduciéndola al catalán con la “mínima” esperanza de que alguna editorial catalana se muestre interesada. Estoy volviendo a disfrutar de lo que un día escribí en castellano ante la empresa de traducirlo: artesanalmente, digiriendo párrafo a párrafo, línea a línea e idea tras idea. Este proyecto de traducción me mantendrá ocupado unos cuantos meses por lo que podré aparcar la sensación de fracaso o desilusión.
Os mantendré informados y, a vosotros, sí: ¡gracias por leerme!

2 comentarios:

  1. I l'autopublicació a través de internet¿ no se l'ha plantejada mai¿ pot ser interesant pel que fa a reducció de costos i a no tindre que dependre de les editorials.

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  2. Hola Ismael! Coneixes de veres qui et t'ajudi a publicar sense que, realment, vulgui aprofitar-se'n

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