amarillo condimento del viaje,
empieza a colarse por las rendijas
del más profundo de mis pensamientos.
A medida que la ruta
me aleja de ti,
a medida que la senda
empolva mi recuerdo,
más se acentúa,
más impera
la Soledad.
No es una soledad impersonal,

tiene nombre y es mío;
compañera de periplo,
monótona y angustiada compañera
que se pega a mi piel
como el sol se pega, impasible,
al fondo de mis ojos,
buscando como invadir
el tesoro de mis recuerdos.
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