"Señores
de Fagor:
No entienden nada. Han leído mi carta y han sacado un 0 de comprensión
lectora. Para nada pedía que FAGOR asumiera la reparación en cuestión, ni mucho
menos. Únicamente les estaba informando de nuestra decepción y de cómo,
usuarios decepcionados, usaríamos la única arma del consumidor: el pataleo, en
este caso, pataleo público. Mi primera carta solo hablaba de confianza, y de
cómo se puede traicionar esa confianza.
Ustedes me hablan de productos de calidad, yo lo pongo en duda;
ustedes me hablan de controles exhaustivos previos a la venta; yo sigo
poniéndolos en duda. Es evidente que ustedes no pueden vaticinar la durabilidad
de sus electrodomésticos, nadie les pide que sean futurólogos, pero sí pueden
entender la decepción, el desencanto, la frustración e incluso la sospecha de
engaño.
Espero que su segundo ejercicio de comprensión lectora sea más
fructífero que el primero. Por si lo quieren volver a leer les paso la
dirección del blog donde voy a hacer públicas mis cartas y su respuesta.
Atentamente, el consumidor que patalea."
http://quimharo.blogspot.com.es/
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