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"Escritor es quien se gana la vida escribiendo". A mi... solo me gusta escribir, ... necesito escribir. ¿Si me leen? Alguno hay que se aventura. ¿Eres tú uno de ellos?

sábado, 18 de septiembre de 2010

Mi cámara, mi LUMIX, mi querida cámara.


Yo tenía una cámara de fotos, una buena cámara de fotos. Llevábamos juntos, aprendiendo el uno del otro, casi cinco años. Me costó 300 euros, para mí… mucho dinero, pero valió la pena. Los dos teníamos una buena relación: ella me enseñaba y yo, poco a poco, iba aprendiendo; la prueba son las buenas fotos que, últimamente, empezaban a salir. Más del 90% de fotos que he ido colgando en este blog las he hecho con mi PANASONIC, LUMIX DMC-FZ5. Incluso, a la hora de estropearse, la pobre cámara tuvo el detalle de esperarse al último día de vacaciones, si lo hubiera hecho antes me hubiera dado un disgusto.

Pero, con todo el derecho del mundo, mi Lúmix se estropeó. Muy apenado consulté por internet el servicio técnico oficial de la marca y todas las referencias me llevaron a Calella (ESTARLICH), ellos debían ser los encargados de llevarla a la central de Barcelona. Curiosamente, solo por el hecho de hacerse cargo de mi cámara (y eso que los riesgos de pérdida los corría yo - era política de Lumix-) me pidieron 30 euros (el 10 % del valor, qué curioso). Tres semanas después, desde el servicio técnico me han informado del presupuesto para el arreglo de mi cámara, de mi estimada cámara: 350 euros. Sí, no me he equivocado. Ah, y está claro, así eran las condiciones, que si no la arreglo… pierdo los 30 euros iniciales. No, no estoy de broma, no os estoy tomando el pelo, es verdad. El arreglo (¿?) cuesta más que la cámara nueva. Consultando por internet, veo que el modelo actual de mi cámara (mejor y más moderno) vale 290 euros.
Evidentemente que la marca lo que quiere es obligarme a desistir de mi arreglo, quiere romper mi estrecha relación con mi cámara vieja para que me compre otra nueva, por eso pone ese precio tan alto al arreglo. Es evidente que desisto del arreglo (aunque con eso pierda los 30 euros del depósito inicial), pero lo que también es evidente es que no pienso comprarme ninguna cámara más de esa marca y, además, ejerciendo mi derecho al pataleo, invito a mis lectores a que imiten mi gesto. 

Ningún producto de marcas que promocionan el consumismo, solo productos de las marcas que cuiden al cliente y respeten su opción; que en este caso era, claro, seguir con mi estupenda relación con mi cámara, mi muy estimada cámara.

1 comentario:

  1. La llevamos clara y me temo que esa política comercial está muy generalizada. Mi antigua cámara, una Canon IXUS 400, que hacía unas estupendas fotos, me ha acompañado por multitud de caminos y veredas, se bolló haciendo una de las Hiponovas, se ahogó en el arroyo Pinares, y siempre salió recuperada, hasta que llegó un día en la simplemente dejó de funcionar bien. Puesto en contacto con la casa CANON, me dijeron unas condiciones similares a las tuyas, que se resumen en que "Vale más el perro que el collar", lo que me ha hecho desistir del arreglo y plantearme la compra de otra cámara, que por cierto también ha sido Canon, la IXUS 95IS, y es que desde mis primeros escarceos fotográficos, hace ya la tira de años, siempre he usado Canon, como ves, la fidelidad es innata y no lo puedo evitar. En fin, primo, esto es lo que hay hoy en día, por riles tenemos que soportar este consumismo insoportable del usar y tirar, y a aguantarse tocan, aunque protestemos a gritos físicos y digitales.

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