Bronce, silencio y niebla
es el título de mi última novela. Después de más de nueve meses de trabajo, el
septiembre pasado le puse, por fin, el punto y final.
La
he dejado durante cinco meses en las manos de la gente que me quiere para que
hicieran la primera lectura: es evidente que para seguir adelante con la novela
necesitaba la opinión de la gente para mí más próxima. Tras ese reposo, entra
ya en la última corrección, fase previa a su registro en la propiedad
intelectual y “el baile”.
Se
conoce por “baile” el movimiento del original entre las fauces de las
editoriales caprichosas que rechazarán una y otra vez la historia hasta que la
suerte (si llega) la venga a encontrar y le de el visto bueno para su
publicación. Esperemos que haya nacido bajo un buen puñado de estrellas que la
acompañen.
La
novela se desarrolla básicamente en el priorato de Santa Maria de Roca Rossa,
actualmente un montón de ruinas en medio de una urbanización de Tordera, y
antaño, allá por el siglo XII y XIII, un pequeño pero próspero núcleo de
hermanos agustinos. El priorato está ligado en nacimiento al monasterio empordanès
de Santa María de Vilabertrán. Esa es la razón por la que ilustro esta entrada
con fotografías de los dos escenarios.
Una
llamada a mis lectores:
¿Alguien
conoce algún agente literario valiente con ganas de apostar por un escritor sin
los laureles de una fama mediática?
Como
siempre,
¡Gracias
por leerme!
Mucha suerte con la novela. Esperemos que haya algún editor que se quiera lanzar a ello. Por lo que dices es como una lotería, a veces toca y a veces no...
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