Para los que ya hace tiempo que peinamos canas, y empezamos a escribir en ruidosas y destartaladas máquinas de escribir, la irrupción de la informática en nuestra vida cotidiana despertó muchas y diferentes sensaciones: respeto, distancia, escepticismo, ... ¿miedo?
Gracias a la gente que nos rodea y que nos quiere, y que acepta nuestros errores y nuestras ausencias, hemos ido entrando en el lenguaje de la modernidad, y adecuando nuestra competencia en el tecleteo constante ante la pantalla amiga, con dificultad pero con constancia y decisión.
Debo agradecer todos mis pasos (y en muchas ocasiones mis palos de ciego) a la ayuda tenaz de mi primo Luis Díaz González y de mis dos hijos, Ignasi y Francesc.
Dado que son gratis, haced un uso racional de ellas y... disfrutadlas.
Sovint la pitjor manera d’evitar la informàtica es amagant-se darrera l’excusa de que són coses molt modernes que un no ho domina. Ningú mai en sap prou i tots comencen pel mateix lloc, a base d’anar tocant i descobrint coses, sense tenir-li por a res.
ResponderEliminarUns cops t’esbronquen per haver tocat el que no havies de remenar, uns altres cops perds feina que t’ha portat hores fer-la. Però a base d’això s’adquireix l’experiència, per després poder-la compartir amb algú altre, igual que han fet amb tu.
Un plaer!
Francesc